Cataneo: a quien echaremos de menos, no sólo por su música
Cataneo,
criollo cubano, músico también, dejó de estar entre nosotros desde el pasado
once de este mes a las 7:45 pm, en el hospital Piti Fajardo, donde estuvo
ingresado durante varios días.
Bárbaro
Alfredo Valdés Esquivel (Cataneo) nació
hace 96 años en el poblado de Jovellanos, Matanzas.
Desde muy
joven se inició como cantante de tangos, estuvo en algunas agrupaciones
musicales y era fundador e integrante del afamado trío Taicuba con el cual se
presentó en numerosos escenarios tanto dentro como fuera del país.
El trío
Taicuba presentó sus credenciales en los estudios de Radio Cadena Azul, de La
Habana, interpretado “Noche cubana”, número antológico del recién fallecido César
Portillo de la Luz.
Sus acordes
estuvieron presentes en algunos filmes como “El Romance del Palmar, realizada
en 1938, dirigida por Ramón Peón y protagonizada por Rita Montaner; “Una
gallega en la Habana, 1955, de René Cardona, actuando Blanquita Amaro y “El
señor Faraón y Cleopatra, en 1958, con Salvador Levy.
En la década
del 50, el trío fue invitado al popular show de Steve Allen, de la cadena NBC,
en Estados Unidos. Estelares programas de la tv nacional contaron con su
presencia (Partagás, El Show del
Mediodía, Álbum Musical Phillips, Cabaret Regalías el Cuño…) así como en
afamados centros de comida de la capital como El Patio, la Bodeguita del Medio,
el Floridita, La Torre y 1830
En pleno
auge de la televisión, en la década del 50, el Trío Taicuba fue invitado al
famoso Show de Steve Allen, en la cadena NBC, en Estados Unidos.
El trío
durante esos años estuvo integrado por Baz Tabrane y Heriberto Castro. Cataneo tenía la Orden Féliz Varela y la
Distinción por la Cultura Nacional.
EL OTRO
CATANEO
Pero además
de buen músico, Cataneo fue uno de esos “jodedores cubanos”, de pura cepa que
era capaz de hacer las más inimaginables de las bromas al más inimaginable de
los personajes de nuestra sociedad.
Claro que
quizás haya algo de leyenda en mucho de lo que se cuenta de él y sus correrías
por estas calles habaneras.
Uno de los
cuentos más clásicos es aquel cuando en compañía de su inseparable amigo
Guillermo Álvarez Guedes, emborracharon al enano de la televisión, lo
desnudaron, le pusieron un culero y lo dejaron en el torno de la entonces Casa
de Beneficiencia como si fuera un niño más abandonado.
Oí a un
amigo, gente seria por cierto, de la vez que acompañando Cataneo andaba por las
calles de Santiago de Cuba y se encontró
con un viejo amigo de la infancia, que en aquella época era fiscal provincial.
Por cortesía
tuvo que presentarlo a Cataneo pero poniéndole bien claro el cargo que ocupaba
el individuo para que no hiciera de las suyas. Pero el remedio no sirvió,
cuando el fiscal le extendió la mano, Cataneo se la tomó fuertemente mientras
con el dedo pulgar le hacia cosquillas en la palma y lo miraba fijamente a los
ojos a la vez que alababa aquella mirada.
Pero tengo
una anécdota personal cuando un mediodía fui al Floridita, en la etapa que la
entrada era por moneda nacional, con una linda muchacha que respondía y
responde al nombre de Beatriz.
Me salvó,
algo que no supo el músico, que yo ya había advertido a la chica pero de todas
formas pidió permiso para sentarse a mi mesa mientras me miraba libidosamente,
y después de preguntarme si la joven era mi novia comenzó a decir que por eso
había dejado de ir yo a verlo a su cuarto como acostumbraba etc etc.
En paz
descanse el querido amigo aunque no creo que jamás se quede quieto. Dios sabe a
que ángel o demonio, en estos momentos le está jugando una de sus ocurrentes
bromas. ( GABRIEL)
Gracias por recordar a mi querido padre!!!
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