LA MIRADA A TRAVÉS DEL ESPEJO
El espejo refleja todo lo que pase por delante pero en este caso su mirada va hacia la cultura en sus expresiones musicales, teatrales, televisivas, cinematográficas y hasta religiosa de esta isla variopinta… y a veces, por qué no, también al entorno porque hoy el mundo es una gran aldea.
POR GABRIEL
AL RESCATE DEL REY MOMO
Desde que tuve uso de razón,
para mí los carnavales en mi cuna de nacimiento, en el centro de la isla, eran una
fiesta en que de una u otra manera todos participábamos.
Era un jolgorio modesto pues
no era tan famoso como el de La
Habana y mucho menos como el de Santiago, si de joyas de
primer rango hablamos.
Pero lo cierto es que
carrozas y comparsas no tenían nada que ver con las instituciones oficiales del
estado de aquellos años, sino que era la colaboración de comerciantes y los
propios habitantes de los barrios que de acuerdo con sus posibilidades daban su
aporte para tener representación en los desfiles.
Después del 59, como todo
proceso revolucionario, las fiestas carnavalescas no escaparon a su influjo
pero todo parece indicar que los primeros años, no perdieron sino ganaron en
altura, tanto desde el punto de vista coreográfico como en la vestimenta.
Sin embargo, el tiempo pasó y lo primero que
se perdió fue la participación popular a partir del criterio de de que no
hubiera desorden y por eso se prohibió que la gente “arrollara” detrás de las
comparsas y carrozas, como era costumbre antaño.
Después se impuso la cuestión
económica, real en el país, pero sin tener en cuenta que esas fiestas de por sí
generan ingresos con los cuales se pueden costear los gastos y tener ganancias
para su mantenimiento y más ahora que el turismo tiene un gran repunte.
Por todo lo anterior fue muy
importante la celebración del IV evento teórico sobre el teatro musical en Cuba,
celebrado bajo los auspicios del teatro América y donde uno de los temas
planteados fue el de los Carnavales.
En la Relatoría del encuentro,
basado en la conferencia que ofreció la investigadora doctora Virtudes Feliú,
se hicieron las siguientes sugerencias:
Ir al rescate del
verdadero carnaval de La Habana
mediante:
A.- Volver a sus sedes antiguas
o sea Prado y Malecón, con vista a favorecer un mayor espacio para acciones de
comparsas y carrozas.
B.- Respetar el mes de febrero en
el que siempre se realizó el Carnaval en Cuba por lo favorable del clima en
este tiempo y regresar a los aportes del barrio y de los trabajadores por
cuenta propia en el área.
C.- Reconsiderar las relaciones
entre el hecho artístico y las fuentes de ingreso que ayude a generar, así como
la necesidad de los patrocinios.
D.- Se propone también tomar en
cuenta que se efectúe el Carnaval los fines de semana como siempre fue en la
capital para no interrumpir las actividades laborales. Todo lo anterior
facilitaría el hecho de evitar los misterios en que se envuelve el Carnaval en
la actualidad, ya que nunca se sabe cómo se va a realizar, ni dónde, bajo qué
conceptos, ni con qué recursos.
E.- Se sugiere se realice una valoración, por una
comisión convocada al efecto, que cuente con los que mayores experiencias hayan
acumulado trabajando directamente en los Carnavales en estos cincuenta años,
para la adopción de acuerdos relativos a la conformación de un Carnaval
Habanero que posibilite nuevamente la acción de los mejores directores artísticos
en este hecho cultural tan apreciado en la capital.
Estos y otras sugerencias serían
enviadas al Ministerio de Cultura y uno espera que no caiga en saco roto y a la
vez quiero felicitar a Eloy Alfaro, administrador del teatro América, quien ha
sido el alma de estos foros y cuya sede teatral es uno de los lugares de espectáculos
musicales al alcance de los bolsillos del cubano de a pie.
Fuente: Datos tomados de la WEB de la Unión de Escritores y
Artistas de Cuba.
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