TEATRO DE SOMBRAS JAPONÉS EN SALA CUBANA
Sumario: Se presentará del cuatro al cinco de agosto en la
sala Covarrubias, del Teatro Nacional con entrada libre. Auspiciado por la
embajada de Japón en Cuba y el Consejo de Artes Escénicas de Cuba.
La compañía Kage Boushi, de teatro de sombras, actuará el 4
y 5 de agosto, en la sala Covarrubias del Teatro Nacional, con entrada libre en
funciones a partir de las cinco de la tarde.
Esta presentación es parte de la gira que esa agrupación
realiza por varias ciudades de la Ámérica
Central y el Caribe y constituye parte del intercambio cultural que sostienen
los dos países, y el año pasado
celebraron sus cuatros siglos de amistad.
El programa incluye varios cuentos folclóricos, un taller
donde niños y adolescentes pueden participar en las obras creando sombras con
sus propios cuerpos.
Los once integrantes de Kage Boushi, grupo con 37 años de
fundado, trabaja un repertorio basado en cuentos tradicionales japoneses.
Sus actuaciones aquí cuentan con el auspicio de la embajada
de Japón en Cuba, la Fundación Japón y el Consejo Nacional de las Artes
Escénicas.
HISTORIA
Los más
remotos antecesores del teatro de sombras, están en las cavernas, cuando el
hombre primitivo, proyectaba su sombra frente al fuego. En el siglo IV aC,
encontramos a las sombras adoptando un carácter metafórico en el Mito de la
Caverna de Platón.
Los
antecedentes del teatro de sombras datan de la prehistoria,
cuando el hombre primitivo, hacía sombras con su cuerpo y manos, frente a las
fogatas.
Ya en el
siglo IVaC, en el Mito de la Caverna, de Platón, las sombras adoptan un
carácter de referencia de la realidad del ser. Suponen la imagen del mundo de
las ideas, trascendiendo lo que podemos percibir con los sentidos.
Las primeras
manifestaciones de esta modalidad de artes escénicas
provienen de India y China.
Las sombras
poseen connotaciones mágicas en casi todas las culturas, despertando los
sueños, el subconsciente, el espíritu. Estas formas inestables invitan al la
imaginación y creación, estimulando la fantasía. Por ello, las sombras
representan historias de fuerte contenido fantástico, por la capacidad de
mutar, de insinuar sin dejar ver, deformar la realidad. La sombra es intocable,
permanece en un plano ajeno.
El kage-e. En el Japón, algunos académicos,
como Toshio Kawatake –en su Historia del Bunraku –, consideran que el
teatro japonés ya estaba desarrollado incluso antes de que se introdu-jeran las
artes escénicas de la dinastía Tang, en el siglo VII.
Sin embargo,
solamente en el periodo Edo (1603-1868), el teatro de sombras tomó su forma más
conocida.
Entonces,
Ikky Juppensha (1765-1831), escritor y artista de ukiyo-e, recopiló un “manual”
sobre las posturas de manos adecuadas para el kage-e.
Hoy existen
unos veinte grupos teatrales en el Japón que presentan aquel estilo, y se lo ha
presentado en programas de televisión. (Tomado de Opina, La Habana, Cuba)
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