TRAS LOS PASOS DE JUVENTINO EN CUBA.

Sumario: El autor de Sobre las olas pasó los últimos seis meses de su vida en Cuba. Sus actuaciones en varias provincias y composiciones que hizo bajo el influjo de nuestro sol tropical. Regino Boti entre sus mejores amigos.

En Surgidero de Batabanó, provincia La Habana, donde el agua del mar viene a besar sus orillas, hace 115 años falleció Juventino Rosas y cuenta la leyenda que antes de cerrar sus ojos al mexicano le pareció oír venidos desde no sé que cielo las notas prodigiosas del vals Sobre las olas, que le dio bien ganada fama.

El artista mexicano por esas ocurrencias del destino pasó los últimos seis años de su vida en tierras cubanas y la recorrió en parte de Occidente a Oriente.

Se dice que sus primeras presentaciones aquí fueron en el teatro Payret, acompañando como director musical a un grupo de artistas italianos y a la orquesta típica de Eduardo González López, este último cubano radicado en la ciudad azteca. Además, era uno de los dos empresarios que comandaba la compañía, el otro se llamaba Francesco Bianculli.

En esos días da a conocer una de sus primeras composiciones creada en tierra antillana, dedicada a la señora Mercedes Touzet, esposa del empresario Ramón Crusellas.

Los habaneros le impactan de tal modo que se ofrece para participar en funciones benéficas de ayuda a instituciones caritativas.

La segunda escala de su gira es el teatro Sauto, de Matanzas, a la que siguieron presentaciones en Cárdenas, donde la compañía González y Bianculli se unen a una agrupación teatral española de un empresario de apellido Páez, para correr suerte juntos.

La ciudad de Santa Clara, en el centro de la isla, es el otro sitio donde da prueba de su arte y allí crea su segunda obra bajo este sol tropical. En esta ocasión lo dedica a la patriota y abnegada defensora de los pobres, doña Marta Abreu de Estévez. El título de la obra es: Marta o el Ángel de la Caridad.

Actuaciones tienen lugar también en Trinidad y Cienfuegos, y luego le sigue Sancti Spíritus. Este último pueblo le sirve de inspiración para su tercera composición en suelo cubano: el chotis El espirituano, en honor a José Norberto Rodríguez Rincón, Notario de Indias.

Luego partirá hacia la región oriental, donde se sabe que estuvo en Guantánamo y Santiago de Cuba pero parece que hay un terreno fértil de esa época que aún no ha sido trabajado por los investigadores

SU AMISTAD CON REGINO BOTTI.

En lo que si no parece haber dudas es en cuanto a la amistad que Juventino tenía con el poeta cubano Regino Boti.

El músico vino a la región oriental de Cuba luego de participar en la Exposición Universal de Chicago y conoció a Boti cuando éste trabajaba como empleado de un bar. Hubo empatía por ambos lados y pronto se hicieron muy amigos.

Como prueba hay un retrato con esta dedicatoria: Dedico este retrato al señor Regino Boti, como un recuerdo de su amigo Juventino Rosas y debajo sigue una dirección que dice: Brisbuis-Moxner Galery-125 Spate Street-Chicago.

A Boti el músico, conociendo de sus cualidades poéticas a pesar de su juventud, le pidió una nueva letra para el vals Sobre las olas, a lo que éste accedió.

Otros cubanos tuvieron un fraternal acercamiento a Rosas como el doctor José Manuel Campos, quien le dio atención gratuita en su clínica Casa de Salud Nuestra Señora del Rosario en Surgidero de Batabanó e Isidro Albaina, secretario del juzgado de esa localidad, quien se encargó no sólo de organizar los funerales sino que también conservó las pertenencias del artista, entre ellas su violín, los cuales devolvió al gobierno mexicano y por ello fue condecorado con la orden del Aguila Azteca.

Los restos de Juventino Rosas descansan hoy en la Rotonda de Hombres Ilustres en México.

(Gabriel)

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