Una mirada hacia CUBA

El Chinolope al frente, detrás el cantautor cubano Portillo de la Luz, en un salón de exposiciones fotográficas. El restaurante Miami tenía un salón central amplio y muy iluminado. Era un buen lugar para que los estudiantes del último año de bachillerato del Instituto de La Habana cruzásemos cada noche el Parque Central y fuéramos allí, en Prado y Neptuno, para charlar de lo que se conversaba en 1962. De la Revolución, de los americanos, de lo difíciles que eran algunas asignaturas como por ejemplo Lógica, o de aquella compañera nuestra que era bailarina de ballet, y que siempre frustraba nuestros sueños cuando se marchaba, después de clases, con su mamá, que la iba a buscar sin falta. El salón estaba casi siempre vacío y el surtido era escaso. Ya hacía tiempo que no había comercio con Estados Unidos, los soviéticos solo comenzaban a proveer nuestras necesidades y los cubanos a quienes la Revolución había beneficiado podían comprar todo lo que se vendiera en el mercado. Los camareros s

Una gran ovación del público y una lluvia de pétalos dorados marcaron el final de la Gala-Homenaje, que recibiera Alicia Alonso, en reconocimiento a los 20 años de actividad ininterrumpida de la Cátedra de Danza que lleva su nombre, en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. La velada estuvo presidida por la reina Sofía, quien compartió el palco con Alicia Alonso y se sumó a las múltiples muestras de admiración y respeto que recibió la prima ballerina assoluta. Entre los asistentes se encontraban representantes del gobierno español y personalidades del arte y cultura. Las primeras figuras del Ballet Nacional de Cuba tuvieron una brillante participación que provocó delirio en el público. El pas de deux del III acto de Don Quijote, asumido por Anette Delgado y Dani Hernández fue recibido con gran entusiasmo ante una esplendida muestra de técnica y estilo, que llegó a la perfección; asimismo la ejecución del adagio de El lago de los cisnes por Sadaise Arencibia y Arián Molina llegó

Lázaro Jordán Pavón Rivera (mención especial, invidente, 10 años) La presentación de los percusionistas concursantes consumió mucho tiempo en la gala en el Teatro Mella, pero fue el plato principal de un menú musical que completaron el grupo danzario Ebony y el grupo musical venezolano Herencia. La apertura estuvo a cargo de los niños del grupo danzario La Pequeña Aché. Los concursantes finalistas fueron 41 en total, cada uno dispuso de 2 minutos para mostrar su talento improvisando libremente, unos con acompañamiento de un grupo musical y los bateristas totalmente solos, a puro corazón. El prestigioso jurado compuesto por casi una decena de excelentes músicos y profesores determinó conceder los siguientes premios. Por tumbadora: Kevin de Jesús Dedeu (niño, 6 años) Alexander Amoró Torres (adulto, 22 años) Nataly Shongo (mujer, 15 años) Por batería José Carlos Sánchez Portilla (niño, 14 años) Deivis Rubalcaba Iznaga (adulto, 25 años) Juan Armando Díaz (adulto, 17 años) Lázaro Jordán