LA NUEVA NOVELA CUBANA A DEBATE


Sumario Al mismo tiempo en producción otros dos títulos. Dos puntos de vista sobre la que está ahora en pantalla.

Después de varios meses de repeticiones de novelas cubanas, algunas con éxito renovado a pesar del tiempo transcurrido, parece que por fin el espacio dedicado a las obras criollas tiene asegurada cierta continuidad en el tiempo.


En estos momentos por Cubavisión, los espectadores tres veces a la semana (lunes, miércoles y viernes) siguen los andares y peripecias de personajes situados por sus autores en el entorno nacional aquí y ahora, una fórmula que puede incrementar su arraigo en la medida en que guarde fidelidad a la realidad nuestra de cada día.


El serial, 78 capítulos, se llama Aquí estamos, guión de Alfredo Pérez Contreras y Hugo Reyes Rodríguez, este último es, además, uno de los directores en un mano a mano con Rafael González Figueroa (Cheíto).


La trama gira alrededor de un grupo de jóvenes que acuden a una prueba para formar parte de una agrupación teatral de aficionados y los conflictos que cada uno de ellos vive dentro de la sociedad. Hay que señalar como además de su juventud, ellos en su mayoría son actores que se enfrentan por primera vez a un set de cámaras y micrófonos.


Enrique Bueno, novel talento pero ya con cierta experiencia comparte honores con veteranos en estas lides como Alina Rodríguez y Enrique Molina.


Otras dos creaciones están en lista para ocupar el sitio correspondiente a esta novela cubana. En fase de posproducción, se encuentra Añorado encuentro, de la inspiración de Maité Vera en 80 capítulos.


No sé si el título obedece, aparte del tema, a rendirle un homenaje a su fallecido hermano Alberto Vera, autor prolífico quien escribiera un número con ese título junto con Gerardo Piloto.


El asunto aquí también es la juventud pero ahora se aborda a partir de las relaciones generacionales, emigración, la separación familiar. Actúan Amarilys Núñez, Vladimir Villar, Asseneth Rodríguez, Mario Balmaseda, Natacha Díaz y Tamara Castellanos. La dirección estará a cargo de Virgen Tábares.


La tercera propuesta se titula Bajo el mismo sol, 137 capítulos que nos narrarán las vicisitudes y agonías de tres mujeres recién salidas dela prisión y sus dificultades para encarar sus vidas tanto laboral como sentimental.


La dirección es de Jorge Padilla y el libreto de Félix Domínguez y entre sus protagonistas están Blanca Rosa Blanco y Verónica Lynn.


LOS CRÍTICOS PIENSAN…LA GENTE TAMBIÉN .


En el portal de la televisión cubana en Internet salieron dos comentarios, el escrito por Lester Vila Pereira y el segundo por Paquita Armas. Aquí le ofrecemos un fragmento de ambas opiniones.

Bajo el título Aquí está la juventud, el primero escribe: “La telenovela cubana Aquí estamos tiene el mérito de presentar una muestra, un mosaico de actitudes en la Cuba de hoy.”

Apenas ha terminado la presentación de los conflictos y ya Aquí estamos –la serie que exhibe Cubavisión en su espacio de la telenovela nacional- ha acaparado la atención de no pocos televidentes.


La polémica está servida: El salario promedio no suele alcanzar, apenas sirve para el día a día; la prostitución no es solo vender el cuerpo por dinero; los homosexuales quieren vivir su amor al sol, sin esconderse, pero al ser marginados, suelen automarginarse y marginar a los otros, para ellos diferentes; los padres sueles ser los principales responsables de los grandes errores de sus hijos… Son solo algunas de las inquietudes que han propuesto los autores a lo largo de estas semanas.


Pero en lo formal, Aquí estamos apenas ofrece novedades, más bien cumple con la visualidad promedio de nuestra televisión. Se lamenta que los capítulos adolezcan de cierta chapucería visual, sobre todo las escenas en exteriores: mala imagen, fea luz, peor sonido.



La serie no redondea el acabado que merece una obra como esta, aunque –reitero- es algo común en la Televisión Cubana, como una marca de descuidada calidad formal que exhibe la mayoría de sus producciones.


Sobresale aquí la ambientación, que manifiesta elocuentemente las espiritualidades de los personajes, como sucede también con la caracterización visual de estos. La efectiva banda sonora musical, conformada fundamentalmente por canciones, casi no tiene precedentes en la producción nacional, a pesar de su probado alto poder comunicativo.


La iluminación y la fotografía en los interiores construidos en estudios, concertadas en pos de un acabado único, podían haber apelado un poco más al naturalismo, para sacarle partido a la escenografía y conseguir que la sensación de realidad fuera mayor. No escapan, y en ello arrastran a la dirección de arte, de esa imagen de serie estéticamente concebida hace más de diez años.´


Algo que también choca es la falta de contundencia del final de cada capítulo, achacable, todo parece indicar, a la decisión de llevar a media hora lo que muy probablemente fue concebido para un mayor tiempo en pantalla. No es la primera vez que sucede, se ha hecho una infeliz tradición...


Los capítulos, escritos por Hugo Reyes y Alfredo Felipe Pérez, actores devenidos teledramaturgos, centran su trama en los trances que acosan a los jóvenes cubanos de hoy: problemas económicos y éticos, sociales y familiares, momentos cruciales, complejidades y cuestionamientos que, si bien universales, se manifiestan con los matices de nuestro devenir como nación.” ( Fragmentos del comentario de Lester Vila Pereira).

Por su parte Paquita Arma, escribió sobre como la ven los espectadores y sus propias opiniones sobre el asunto.

.”Una buena y joven amiga, negra bien plantada, critica mi defensa de las historias que aparecen en la telenovela Aquí estamos que actualmente trasmite el canal Cubavisión. “Si yo tuviera un hijo de doce años, no quisiera que viera a dos lesbianas arrullándose en la televisión. ¿Cómo decirle que eso está mal si ahí se presenta en la pantalla como una actitud aceptable?” dice mi conocida, mujer que acostumbra ir al teatro, leer, en fin, tiene una cultura general media. “No tengo nada contra el homosexualismo (¿?) –agrega-, pero presentado así y para colmos con una negra, no lo veo nada bien”.

“Otro amigo, pero de más de 80 años y gay, me llamó al terminar uno de los capítulos para preguntarme cuándo yo iba a escribir acerca de esa inmoralidad. “¿Qué es eso de que las lesbianas se den la comida. En mis tiempos, dijo, eso no era así”. Yo con el tono más suave de voz que le pude poner le pregunté “¿Qué edad tenías cuando tuviste tu primer amante, aquel rubio que me dijiste nunca pudiste olvidar?”. “Bah, yo era casi un niño” me respondió y enseguida seguí “¿Mucho más joven que las muchachas de la telenovela?”. “Sí, sí, pero era distinto” agregó al darse cuenta por el camino que enrumbaba la conversación.”.

“Al salir del edificio en el que vivo, una vecina luego de proferir una andanada de insultos contra la gente del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) por esa inmoralidad que se le está presentando a los niños, añadió “Y para colmos ahí casi todo el mundo vive del negocio, hay hasta un preso ¿qué se quiere enseñar con tales asuntos?”

“Luego de estos intercambios y otros similares, me interesé por lo que estaba pasando en los teléfonos de atención a la población habilitados en el ICRT con el fin de escuchar las opiniones de los televidentes. Como suponía, las quejas por la pareja lésbica abundan y los calificativos son fuertes acerca de quienes han decidido que estas historias salgan al aire.”

“Yo siempre defenderé la presencia de temas variopintos en la pequeña pantalla y mientras más escabrosos mejor, para tratar de librarnos de esa suerte de mojigatería y doble moral con respecto a nuestras producciones nacionales a las que no se les acepta un grupo de asuntos, mientras esos mismos embrollos se aplauden en las brasileñas o de otra nacionalidad.” (fragmentos del escrito de Paquita Armas).

DF

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