Un aplauso sin pausa y sin prisa


Un aplauso sin pausa y sin prisa para Héctor Quintero Viera, un grande de la escena cubana que desde el pasado miércoles ya no está, físicamente por supuesto, más entre nosotros. .

Al autor, entre otras, de obras emblemáticas como Contigo pan y cebolla y El Premio Flaco, la muerte lo encontró trabajando pues aún está en cartelera su última pieza Monseñor Bola, un homenaje a quien le precediera en el camino hacia la inmortalidad

Hombre de quehacer multifacético, Héctor era actor, director, dramaturgo y narrador. Hizo estudios de contabilidad y se graduó además, como Licenciado en Lenguas y Literatura Hispánica.

También estudió en la Escuela Municipal de Artes Dramáticas y como actor formó parte de los colectivos teatrales Milanés, Conjunto Dramático Nacional, Teatro Estudio y Teatro Musical de La Habana.

Ha hecho libretos para radio y televisión, crítica teatral para algunas publicaciones, narrador de cine,tv y video en más de cien documentales.

Memorable fue su actuación como Henry Higgins en la versión de My fair Lady y sus interpretaciones en espectáculos de poemas y canciones como lo fue en Con cierto tipo así también su labor de narrador de obras sinfónicas tales como Pedro y el Lobo, de Prokofiev y Guía Orquestal para los jóvenes, de Britten con la Orquesta Sinfónica Nacional.

En 1962 escribió su pieza teatral Contigo pan y cebolla, mención en 1963 del Premio Casa de las Américas, la cual fue estrenada al siguiente año por Teatro Estudio. La obra se ha estrenado en numerosos países de América, incluida la versión bilingüe hecha en Estados Unidos bajo el título de Rice and Beans.

El premio flaco, otra de sus obras (1964), también obtuvo Mención en el Premio Casa y fue premiada por el Centro Cubano del Instituto Internacional del Teatro, primer premio del ILAT (filial del ITI para América Latina, Primer Premio del ITI (París, 1968). Tiene más de una docena de traducciones y se publicó y representó en distintos países que incluyen el Teatro Musical (Teatro Massoviet de Moscú) y la Ópera Plovdiv, de Bulgaria.

Escribió, dirigió y estrenó la comedia musical Los siete pecados capitales para el Teatro Musical de La Habana; hizo una versión personal de seis de los cuentos del Decamerón, de Giovanni Boccaccio para el grupo Teatro Estudio; a que sigueron Mambrú se fue a la guerra, Si llueve te mojas como los demás, La última carta de la baraja, Esto no tiene nombre, Sábado Corto y otros.

Creó y dirigió, durante doce años, el Teatro Musical de La Habana. Se desempeñó durante tres años como vicepresidente de la Asociación de Artistas escénicos de la UNEAC. Ha participado en todos los congresos. En la actualidad es miembro de su Consejo Nacional.
Durante estos últimos tiempos escribió y dirigió un serial de 131 capítulos que se transmitió por la televisión cubana con el título de El año que viene.

Al morir tenía la Distinción por la Cultura Nacional y la Medalla Alejo Carpentier, que otorga el Consejo de Estado, el Premio Omar Valdés por sus destacados méritos y aportes al desarrollo del arte y la literatura y otras distinciones.

Junto a Hilda Oates fue seleccionado Premio Nacional de Teatro en el año 2004.

Realizó seis viajes a Estados Unidos donde estrenó su pieza El lugar ideal y un espectáculo con fragmentos de varias de sus obras en el teatro Gala de Washington DC.

Rine Leal, prestigioso crítico e investigador teatral cubano, ya fallecido, consideraba a Héctor Quintero como”…el más popular de los dramaturgos del país”, mientras que otra crítica, Rosa Ileana Boudet consideraba que “sus obras han tenido una gran aceptación al abordar temas y conflictos actuales de la vida cotidiana con una óptica y perspectiva trascendentes”.

En el año 2000 grabó para el sello EGREM un CD con poemas y canciones cubanos e hispanoamericanos bajo el título Toma esta flor en el cual aparece su versión del Padrenuestro Latinoamericano, de Mario Benedetti.

Desde 1998 venía presentando sus espectáculos bajo el nombre de la Compañía Teatral de Héctor Quintero y desde 1999 era director artístico del Complejo Turístico-Cultural Dos Gardenias, que rinde homenaje a la canción del mismo título de la compositora cubana Isolina Carrillo.

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