PIE DE GRABADO: Asley González, hizo su mayor esfuerzo pero no obstante se le escapó el Oro (Foto: Ricardo López Hevia)

Sumario: Cuba logra su segunda medalla de plata en los actuales Juegos Olímpicos. Ambas han sido en judo.

Cada oportunidad en la vida es única. Nunca se sabe si los momentos gratos podrán repetirse. Para los deportistas esto representa los Juegos Olímpicos. Participar, hacerlo bien, buscar medalla, ser campeón. Eso lo sabía Asley. Vivir ese instante mágico, soñado, donde se deja la vida. No hay un antes ni un después. Solo existe el presente. Y los segundos corren, y las centésimas cuestan. Y es el ahora por el ahora.
Salió al tatami dispuesto. Su contrario no tenía un gran aval -ahora me cuesta pensar qué es peor- y seamos realistas: muchos pensamos que aquí llegaría la primera dorada. Tal vez un poco pasivo -víctima de la edad o del momento- entró al combate. Pagó por ello, shido. Cobró confianza. Uno, dos… tres ataques. “Está bien”. Amonestación para su rival por pasividad.
Yo te agarro, tú me agarras. Me barres y te barro. Tienes deseos, yo también. Luchemos entonces. Fue un “dual meet” parejo. Con disposición. Ansias de triunfos por ambos lados. Lástima que la gloria, a poco de preguntar quién tocaba a su puerta, nos cerró el paso. Segundos transcurrieron para que, en técnica de oro, este semidesconocido coreano, Dae-Nam Song, triunfara.
No importa la técnica ni la acción. Monarca merecido, el asiático nos cerró la garganta. Y de paso frenó ese grito de gloria, de felicidad, de decir: “al fin, hoy fue nuestro día”.
Y de repente Asley lloró. Sabía que había perdido ese instante mágico, soñado. Donde no existía un antes ni un después. El waza-ari más sufrido. El más llorado. El oro soñado se escapaba de las manos. A Asley, y junto a él a todos nosotros, que habíamos soñado con su instante mágico. (Tomado de Cubadebate)
LA OTRA PLATA
“Creo que cumplí con el Comandante en Jefe y con la Revolución”, expresó desde Beijin en mensaje electrónico la jovencita Janet Bermoy, subcampeona en los 48 kilogramos del Judo femenino en los XXIX Juegos Olímpicos que se efectúan en China, convirtiéndose así en la primera de la delegación de la Isla en obtener una presea.
Al reflexionar tras la derrota con la sorprendente rumana Alina Dumitru, en la discusión del título, la cienfueguera apunta: “Estoy un poco triste por la derrota, porque se que muchos esperaban de mi la de oro”. Y asegura: “Pero a pesar de eso, me siento bien, ya que muchas de las medallistas olímpicas de la delegación cubana han hablado conmigo y me han dicho que una plata olímpica es una plata, y que todavía soy muy joven y me queda mucho tiempo por delante”.
“También me entregaron un reconocimiento especial por haber ganado la primera medalla de Cuba en los Juegos, lo que, después de tanto llorar por la derrota, me hizo también llorar de emoción”, apunta en su mensaje.
“Le envío un saludo a todos los cubanos, especialmente a los cienfuegueros, a los entrenadores que me iniciaron en mi carrera deportiva, a mis abuelos, a mi novio, a toda mi familia. A ellos le debo en buena medida esta medalla”.
“En cada combate pensaba que tenía que ganar -agrega-, porque nunca olvidé que había entrenado fuerte durante cuatro años, que bajé de peso, que no fui a ninguna fiesta, que me convertí de una muchacha hiperactiva en una demasiado tranquila, porque sólo pienso en el deporte, en mi compromiso”.
Y con la modestia que la caracteriza, pero con la dignidad y el orgullo singular de los atletas cubanos, afirma: “A pesar de mi derrota en la final, creo que cumplí con el Comandante en Jefe y con la Revolución”.
La cienfueguera Janet Bermoy se convirtió en la segunda cubana que sube al podio en esa división en citas cuatrienales, pues Amarilis Savón lo hizo en 1992 y 1996 con sendas preseas de bronce. (Tomado de Cubadebate)

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