OYEEE: HOY BENNY MORE CUMPLE NOVENTA AÑOS
Sumario: Denominado como el Bárbaro del Ritmo, su vida breve no ha sido óbice para que se le considere el más grande sonero del siglo XX.
Benny Moré, la figura más emblemática de la música cubana del siglo pasado, hoy cumple noventa años de vida y lo decimos en presente porque los cubanos a pesar de los años que hace de su muerte(19 febrero 1963) , tenemos la suerte de seguir oyéndolo, antes en los discos y ahora en los CD o cuando lo transmite en algunos, pocos por cierto, espacios radiales.
Bartolomé Maximiliano Moré nació en un pequeño pueblo de la hoy provincia de Cienfuegos (Santa Isabel de las Lajas), hijo de una familia humilde. Su madre contó a este redactor como una noche se dio cuenta que Bartolomé faltaba de la casa y eran ya casi las once de la noche.
Después de recorrer algunos lugares, dio con él. Subido en una mesa, rodeado de los parroquianos, cantaba y hacía improvisaciones, ante el deleite de los asistentes.
Se sabe que ejerció diferentes oficios, hasta cortador de caña en el Central Vertientes de Camagüey.
Un día decidió venir a probar suerte en la capital. Virginia, la mamá, decía que vino como polizonte en un tren de carga, otros afirman que fue en un camión. Pero el hecho cierto es que con su guitarra abajo del brazo recorrió bares y cantinas por los muelles habaneros hasta que Miguel Matamoros, que había oído hablar de él, lo contrató para que fuera con su agrupación a México.
QUÉ BONITO Y SABROSO BAILAN EL MAMBO…
Después de varias actuaciones con Los Matamoros, decidió quedarse en tierras aztecas y no regresar a Cuba y así es como comienza su carrera individual.
Grabó con el Conjunto del tresero y contrabajista cubano Humberto Cané, hijo de de Valentín Cané , fundador en 1924, de la Sonora Matancera. Con ese grupo grabó números como Puntillita (Félix Cárdenas), Hasta cuándo (R. Ortiz y López) y ¡Cómo gozo! (A. López Martín). Luego hace el dúo Fantasma con el famoso cantante mexicano Lalo Montané, teniendo como acompañante al saxofonista santiaguero Mariano Mercerón.
En 1948 grabó con este dúo composiciones como las guarachas Parece que va a llover (A. Mata) y Me voy pal´ pueblo (M. Valdés).
Muchas orquestas de los centros nocturnos aztecas se lo disputan. Da a conocer allí sus primeros creaciones: Desdichado (bolero), Rumberos de Ayer (guaguancó), Bonito y Sabroso (mambo) y Dolor Carabalí (afro).
No tarda en hacer buenas migas con su coterráneo Damaso Pérez Prado, y se une a su orquesta, actuando en los más afamados centros nocturnos , y donde dio a conocer en su voz su popular composición Bonito y sabroso…pero que bonito y sabroso bailan el mambo los mexicanos…
También se puede ver al Benny en algunas películas de la llamada Edad de Oro del cine azteca: Carita de Cielo (1946), junto a Ninón Sevilla; Fuego en la carne (1949), con Meche Barba; Novia a la Medida (1946), Quinto Patio (1950), entre otras.
Conocido el estrellato, decida volver en la década del 50 a su patria, funda su jazzband y ya se convierte en el más popular entre los populares.
ME CONOCES BIEN
Hay que decir que Bartolomé fue en México donde se cambió el nombre por el artístico de Benny, muchos afirman que se bautizó así por la admiración que él sentía por el famoso músico norteamericano Benny Goodman , y porque además Bartolo le llamaban allá a los burros.
Su vestimenta en los bailes populares era una réplica de la de los pachucos mexicanos: pantalones tipo batahola sujetos con tirantes, un inmenso saco de cuatro botones, zapatos Florsheim de dos tonos, modelo sultán y corbata ancha de vivos colores.
Fiel a si mismo, bohemio por naturaleza, no hizo caso a quienes le criticaban su modo de vivir e incluso, como solía hacer en ocasiones, hizo una canción de respuesta que dice así: Me conocen bien/ pero no me tratan/del amigo soy amigo//del falsario no lo soy/yo sé bien como yo soy/yo soy como son conmigo/rómpete el cráneo mi amigo/ a ver si me igualas tu.
AMIGO DE SUS AMIGOS
Además de buen cantante y compositor, más de una vez dio muestra que era un buen amigo y muchos contaban que fueron a su casa en las afueras de La Habana, y tocaron a sus puertas que siempre estaban abiertas para todo el que viniera y nadie se iba con los bolsillos vacíos.
El cantante Fernando Álvarez contaba que un músico de su orquesta, llevado por los tragos, lo castigó el Benny a no tocar durante dos meses… pero en ese tiempo continúo pagándole su salario.
Abelardo Barroso le confesó a Orlando Castellanos en su programa radial Formalmente informal, que “El mejor amigo que yo he tenido en la vida, y Dios lo tenga en la gloria, ha sido Benny Moré. Cuando vino mi caída no tenía ni para pagar la casa donde vivía en La Lisa, Marianao. Benny se enteró de la situación mía de que debía dos meses y estaba demandado. Me fue a buscar, fuimos a ver al dueño de la casa y le pagó lo que yo le debía, más unos meses por adelantado. Después me llevó ante el bodeguero y le dijo todo lo que compre Barroso aquí va por mí hasta que él consiga trabajo. Por último hizo que me contrataran para cantar en el Aly Bar, o si no él se retiraba y no trabajaba más allí”.
Pero no sólo a los que conocía de su tierra. Les dolía las injusticias que se cometían y se hacía solidario con los agredidos. Rafael Lay, padre, me contó que cuando la Aragón vino hacia La Habana, algunos grupos musicales bailables trataron de cerrarla. Benny se enteró y le dijo a Lay que a partir de ese momento, dondequiera que él tocara, tenían que agregar en el contrato a los aragones. Y así fue.
Otra de sus características era su amor por las ciudades cubanas. El interpretó muchas canciones dedicadas a esos lugares, en gran parte de la inspiración de Ramón Cabrera: Santiago de Cuba, Palma Soriano, A la bahía de Manzanillo, Marianao.
Incluso el Benny hizo otras composiciones en esa línea como Cienfuegos y su fe de nacimiento que es sin duda Santa Isabel de Las Lajas.
Cubano hasta la médula, no podía dejar de hacer uso del humor en sus múltiples líneas. Celeste Mendoza recordaba: “Nosotros nos queríamos muchísimo. Bartolo era la mejor liga que he visto del Diablo con Dios. Una vez me invitó a la Cumbre (su casa) y era para matar una lechona que tenía mi nombre”.
Para los coterráneos del Bárbaro del Ritmo es una verdad indiscutible de que la noche antes de que él hiciera su última actuación en la cercana localidad de Palmira, allá en el Cabildo de San Antonio de Padua de la localidad, el Kimbando o caja de toque de santo, sonó sin que nadie lo percutiera. Sólo los descendientes de congos con facultades místicas pudieron oírlos, como anuncio de que un acontecimiento estremecería a esa población.
Ocho días después el Cabildo recibiría su cadáver y le haría los honores religiosos a quien por mérito propio entraba a formar parte del panteón de los dioses del imaginario popular cubano.
FUENTES: Celeste Mendoza y Benny ( Camilo Venegas), Ramón Cabrera habla del Benny (Bladimir Zamora ), Ramón Cabrera, el pintor de las ciudades (Rafael Lam), Benny la informalidad o el turno del ofendido (Senobio Faget), Benny Moré, los dioses mueren jóvenes, César Pagano, En la memoria de Lajas, (María Lucia González y Gonzalo Vuelta), trabajos publicados en diferentes periódicos y revistas.
Benny Moré, la figura más emblemática de la música cubana del siglo pasado, hoy cumple noventa años de vida y lo decimos en presente porque los cubanos a pesar de los años que hace de su muerte(19 febrero 1963) , tenemos la suerte de seguir oyéndolo, antes en los discos y ahora en los CD o cuando lo transmite en algunos, pocos por cierto, espacios radiales.
Bartolomé Maximiliano Moré nació en un pequeño pueblo de la hoy provincia de Cienfuegos (Santa Isabel de las Lajas), hijo de una familia humilde. Su madre contó a este redactor como una noche se dio cuenta que Bartolomé faltaba de la casa y eran ya casi las once de la noche.
Después de recorrer algunos lugares, dio con él. Subido en una mesa, rodeado de los parroquianos, cantaba y hacía improvisaciones, ante el deleite de los asistentes.
Se sabe que ejerció diferentes oficios, hasta cortador de caña en el Central Vertientes de Camagüey.
Un día decidió venir a probar suerte en la capital. Virginia, la mamá, decía que vino como polizonte en un tren de carga, otros afirman que fue en un camión. Pero el hecho cierto es que con su guitarra abajo del brazo recorrió bares y cantinas por los muelles habaneros hasta que Miguel Matamoros, que había oído hablar de él, lo contrató para que fuera con su agrupación a México.
QUÉ BONITO Y SABROSO BAILAN EL MAMBO…
Después de varias actuaciones con Los Matamoros, decidió quedarse en tierras aztecas y no regresar a Cuba y así es como comienza su carrera individual.
Grabó con el Conjunto del tresero y contrabajista cubano Humberto Cané, hijo de de Valentín Cané , fundador en 1924, de la Sonora Matancera. Con ese grupo grabó números como Puntillita (Félix Cárdenas), Hasta cuándo (R. Ortiz y López) y ¡Cómo gozo! (A. López Martín). Luego hace el dúo Fantasma con el famoso cantante mexicano Lalo Montané, teniendo como acompañante al saxofonista santiaguero Mariano Mercerón.
En 1948 grabó con este dúo composiciones como las guarachas Parece que va a llover (A. Mata) y Me voy pal´ pueblo (M. Valdés).
Muchas orquestas de los centros nocturnos aztecas se lo disputan. Da a conocer allí sus primeros creaciones: Desdichado (bolero), Rumberos de Ayer (guaguancó), Bonito y Sabroso (mambo) y Dolor Carabalí (afro).
No tarda en hacer buenas migas con su coterráneo Damaso Pérez Prado, y se une a su orquesta, actuando en los más afamados centros nocturnos , y donde dio a conocer en su voz su popular composición Bonito y sabroso…pero que bonito y sabroso bailan el mambo los mexicanos…
También se puede ver al Benny en algunas películas de la llamada Edad de Oro del cine azteca: Carita de Cielo (1946), junto a Ninón Sevilla; Fuego en la carne (1949), con Meche Barba; Novia a la Medida (1946), Quinto Patio (1950), entre otras.
Conocido el estrellato, decida volver en la década del 50 a su patria, funda su jazzband y ya se convierte en el más popular entre los populares.
ME CONOCES BIEN
Hay que decir que Bartolomé fue en México donde se cambió el nombre por el artístico de Benny, muchos afirman que se bautizó así por la admiración que él sentía por el famoso músico norteamericano Benny Goodman , y porque además Bartolo le llamaban allá a los burros.
Su vestimenta en los bailes populares era una réplica de la de los pachucos mexicanos: pantalones tipo batahola sujetos con tirantes, un inmenso saco de cuatro botones, zapatos Florsheim de dos tonos, modelo sultán y corbata ancha de vivos colores.
Fiel a si mismo, bohemio por naturaleza, no hizo caso a quienes le criticaban su modo de vivir e incluso, como solía hacer en ocasiones, hizo una canción de respuesta que dice así: Me conocen bien/ pero no me tratan/del amigo soy amigo//del falsario no lo soy/yo sé bien como yo soy/yo soy como son conmigo/rómpete el cráneo mi amigo/ a ver si me igualas tu.
AMIGO DE SUS AMIGOS
Además de buen cantante y compositor, más de una vez dio muestra que era un buen amigo y muchos contaban que fueron a su casa en las afueras de La Habana, y tocaron a sus puertas que siempre estaban abiertas para todo el que viniera y nadie se iba con los bolsillos vacíos.
El cantante Fernando Álvarez contaba que un músico de su orquesta, llevado por los tragos, lo castigó el Benny a no tocar durante dos meses… pero en ese tiempo continúo pagándole su salario.
Abelardo Barroso le confesó a Orlando Castellanos en su programa radial Formalmente informal, que “El mejor amigo que yo he tenido en la vida, y Dios lo tenga en la gloria, ha sido Benny Moré. Cuando vino mi caída no tenía ni para pagar la casa donde vivía en La Lisa, Marianao. Benny se enteró de la situación mía de que debía dos meses y estaba demandado. Me fue a buscar, fuimos a ver al dueño de la casa y le pagó lo que yo le debía, más unos meses por adelantado. Después me llevó ante el bodeguero y le dijo todo lo que compre Barroso aquí va por mí hasta que él consiga trabajo. Por último hizo que me contrataran para cantar en el Aly Bar, o si no él se retiraba y no trabajaba más allí”.
Pero no sólo a los que conocía de su tierra. Les dolía las injusticias que se cometían y se hacía solidario con los agredidos. Rafael Lay, padre, me contó que cuando la Aragón vino hacia La Habana, algunos grupos musicales bailables trataron de cerrarla. Benny se enteró y le dijo a Lay que a partir de ese momento, dondequiera que él tocara, tenían que agregar en el contrato a los aragones. Y así fue.
Otra de sus características era su amor por las ciudades cubanas. El interpretó muchas canciones dedicadas a esos lugares, en gran parte de la inspiración de Ramón Cabrera: Santiago de Cuba, Palma Soriano, A la bahía de Manzanillo, Marianao.
Incluso el Benny hizo otras composiciones en esa línea como Cienfuegos y su fe de nacimiento que es sin duda Santa Isabel de Las Lajas.
Cubano hasta la médula, no podía dejar de hacer uso del humor en sus múltiples líneas. Celeste Mendoza recordaba: “Nosotros nos queríamos muchísimo. Bartolo era la mejor liga que he visto del Diablo con Dios. Una vez me invitó a la Cumbre (su casa) y era para matar una lechona que tenía mi nombre”.
Para los coterráneos del Bárbaro del Ritmo es una verdad indiscutible de que la noche antes de que él hiciera su última actuación en la cercana localidad de Palmira, allá en el Cabildo de San Antonio de Padua de la localidad, el Kimbando o caja de toque de santo, sonó sin que nadie lo percutiera. Sólo los descendientes de congos con facultades místicas pudieron oírlos, como anuncio de que un acontecimiento estremecería a esa población.
Ocho días después el Cabildo recibiría su cadáver y le haría los honores religiosos a quien por mérito propio entraba a formar parte del panteón de los dioses del imaginario popular cubano.
FUENTES: Celeste Mendoza y Benny ( Camilo Venegas), Ramón Cabrera habla del Benny (Bladimir Zamora ), Ramón Cabrera, el pintor de las ciudades (Rafael Lam), Benny la informalidad o el turno del ofendido (Senobio Faget), Benny Moré, los dioses mueren jóvenes, César Pagano, En la memoria de Lajas, (María Lucia González y Gonzalo Vuelta), trabajos publicados en diferentes periódicos y revistas.
(Gabriel)
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