Reinas, damas y modelos de cine y televisión en Cuba




Dinora del Real

Tras la pista de ganadoras de los antiguos concursos de bellezas.

Hace unos 30 años me propuse mediante las armas del periodismo rescatar los concursos de belleza que animaban como nada en el mundo los carnavales cubanos. Para comenzar, entrevisté a antiguos jurados de certámenes de belleza como el pintor René Portocarrero, la escultora Rita Longa y el fotógrafo Alberto Díaz (Korda).

Debo confesar que todos sin excepción se mostraron partidarios de restituir los concursos de belleza del período revolucionario, que tanta representatividad y colorido otorgaban a los carnavales. Aquellos concursos eran de nuevo tipo, pues no solamente se ponderaban los atractivos físicos sino el intelecto y la integración revolucionaria de las jóvenes.

Especialmente el fotógrafo de la foto más famosa del Che Guevara fue el abanderado de esta reconstrucción. Korda con su sano hedonismo y fidelidad al proceso iniciado en 1959, pensaba que la suspensión de aquellas prácticas obedecía a conflictos generacionales.

Como tales los certámenes de belleza comenzaron durante la ocupación norteamericana (1898-1902). La primera reina fue una joven tabacalera. Los últimos concursos se realizaron a mediados de los 70.

Retomando el tema, después de las conversaciones con Korda, Rita Longa y Portocarrero, me dediqué a realizar un inventario que me permitiera hallar la cantidad de reinas, damas y modelos que quedaban en Cuba.

La primera conclusión fue que el número de hermosas era considerable. La subsiguiente revelación concluía que dichas bellezas lanzadas por esa vía cultural, llegaron a sitiales importantes en el cine, la radio y la televisión.

Comencé por Norka, para muchos la mejor modelo cubana de todos los tiempos, la cual llegó a ser contratada por la casa Dior. La ex compañera de Korda, en la entrevista que le realicé, mencionó una limitante en las modelos de la isla: “Las cubanas nacieron para gustarles a los hombres y el fashion show exige que el maniquí se comporte como una percha que se mueve”, dijo. Y alabó los concursos de belleza como una frivolidad inherente a la condición humana. “No solo de consignas viven el hombre y la mujer”, recuerdo que aseveró.

Después llegó el turno a la fallecida Dinorah del Real (reina del carnaval de La Habana en 1955), que no quería hablar sobre el asunto pero después se decidió y relató la pompa de las perseguidoras de la policía siguiendo el lujoso convertible que transportaba a la reina y sus damas.

Del Real fue una de las más celebradas locutoras de la televisión cubana, puesto al cual accedió por su belleza en el capitalismo, a pesar de estar graduada de la Escuela Normal de Maestros. Dinorah fue una mujer muy completa como madre, esposa y artista y hasta formó parte de la selección nacional de baloncesto femenino que en aquellos tiempos jugaba, para aumentar su nivel, con el equipo masculino, en el que militaban celebridades como José Llanusa, Fabio Ruiz Vinajeras, Fico López y Risita Quintero.

La futura actriz Ana Viñas fue dama del carnaval en 1958, posteriormente se convirtió en modelo de la cerveza Hatuey, matriculó actuación y se convirtió en una de las mejores actrices de teatro y cine del país con títulos como Los Sobrevivientes, de Tomás Gutiérrez Alea.

Siguió en el turno Flora Lauten, la última Miss Cuba que compitió en el concurso de Miami Beach en 1960, en donde fue atacada por los exiliados cubanos batistianos, quienes en actitud exenta de cortesía y caballerosidad, quisieron arrebatarle la bandera nacional que ella defendió con valentía y civismo.

Después Lauten recibió a la escritora francesa Francoise Sagan (Buenos días tristeza), en su única visita a Cuba e integró las nóminas de Teatro Estudio, el grupo 12 y fundó el Teatro Escambray y el de La Yaya. En el cine se le vio en el segundo cuento de Lucía, de Humberto Solás.

Odalys Fuentes fue otra gran modelo de rostro único, descubierta por el empresario de televisión Gaspar Pumarejo. Cuenta Fuentes que el canal 2 de la televisión había convocado a jóvenes para acompañar a Lucho Gatica en su primera presentación en Cuba. “Entonces entró un hombre comiendo un choripán (Pumarejo) inspeccionó a las decenas de muchachas y señalándome exclamó: ‘dejen a ese animal que es el mejor del día’”, contó Odalys Fuentes. La frase del empresario cubano era copia al carbón de la lanzada por el “mogul” Darryl Zanuck cuando se refirió a Ava Gardner.

Pero lo de Fuentes no terminó allí pues fue modelo para América Latina de la línea de cosméticos Mc Factor, y junto a Ana Viñas, maniquí de la cerveza Hatuey. Odalys pasó a la actuación y dejó huella en legendarias telenovelas como Doña Bárbara y El naranjo del Patio.

Mayda Limonta fue la primera negra dama de un carnaval en la historia de Cuba, por supuesto, después del triunfo de la Revolución. Se dedicó al baile, viajó mucho y trabajó en varios filmes importantes como Cuba Baila y Cecilia, este último de Humberto Solás.

Daysi Granados partió de su natal Cienfuegos a finales de los 40 y se estableció en La Habana. Trabajó en la Tienda Fin de Siglo y compitió en los certámenes de belleza de 1960 y 1961, en el último fue escogida como Dama. Comenzó a trabajar en grupos de teatro aficionados y fue descubierta para el cine por Tomás Gutiérrez Alea, quien preparaba su inmortal Memorias del subdesarollo.

Aquella imagen de bello animal furtivo en la terraza de la antigua emisora de televisión CMQ cuando la encuentra Sergio (Corrieri) y ella le espeta “¡Usted está loco!”, es uno de los momentos cumbres del cine cubano.

Daysi, con su carisma y belleza, se curtió como actriz y brindó soberbias actuaciones en filmes como Plaff y La soledad de la jefa de despacho. Es hoy por hoy una de las grandes de la escena de la isla.

(Antonio de la Maza) 

Norka, en una de las fotos artísticas que le tomara Korda
y aparecieran en la revista Carteles, con textos de 
Guillermo Cabrera Infante.

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