CASI TODO SOBRE EL PLENO DE LA UNEAC

Por: Dainerys Machado Vento 

Compañeras y compañeros tenemos la ilusión y la esperanza que por los momentos que vive el país, en medio de los cambios que se producen y los retos de la cultura en estos tiempos vamos a tener un Consejo Nacional serio, constructivo, vamos a poner los pies sobre la tierra, sobre la Pacha Mama, para tocar nuestras raíces”, fueron las palabras premonitorias el escritor y ensayista Miguel Barnet, presidente de la Unión deEscritores y Artistas de Cuba UNEAC, que dieron inicio, a la sesión del Consejo Nacional de la organización correspondiente al último semestre de 2010. 

Pasadas las 10 y 30 de la mañana del miércoles 12 de enero, la Sala Tito Junco del Complejo Cultural Bertolt Brecht acogió la presencia de 122 miembros, de los 144 nombrados en ese órgano de trabajo, el Consejo con más presentes en los últimos tres años. 

Durante la introducción a la reunión Barnet pidió un minuto de silencio para los miembros de la organización fallecidos en los últimos seis meses, entre quienes evocó especialmente al “fundador de la UNEAC, gran poeta y amigo de Nicolás Guillén, Ángel Augier”. También al crítico brillante, demasiado joven para partir, que fue Rufo Caballero. 

En la voz del presidente de la Unión llegó el Informe Sobre el trabajo realizado por la organización de junio de 2010 a enero de 2011, en una síntesis que aunó “las opiniones e ideas de nuestros compañeros, de todos los miembros de nuestra presidencia”.

“Hace más de un año empezamos una tarea lógica y necesaria de racionalización de nuestro sistema de eventos,-explicó Barnet- porque teníamos una gran cantidad de eventos. Y lo hicimos no porque fueran innecesarios, sino porque no tenían algunos la calidad requerida.”

Expresó el escritor que, como resultado de ese análisis, algunos de esos eventos han sido convertidos en actividades, que recibirán todo el apoyo de la organización para granjearles una calidad como no la tenían antes.

En cuanto al tema de los premios, comentó Barnet que “ha sido una preocupación muy grande y lógica de los artistas. Elevamos una propuesta al gobierno hace ya unas cuantas semanas, a partir de un análisis que hicimos de los premios y de una cifra de casi un millón de pesos hemos reducido casi el 50 por ciento. 128 premios nacionales fueron aprobados por el Secretariado, estamos ahora en analizando los premios territoriales.” 

En su presentación el presidente de la Unión de Escritores y Artistas elogió los debates propiciados por el evento Caracol de la Asociación de Cine, radio y televisión, durante el pasado mes de octubre, donde se produjeron “discusiones serias” a pesar de la inexistencia de los tradicionales premios, como muestra de que “los miembros de nuestra organización están fundamentalmente por un interés de carácter cultural”.

Criticó Barnet la escasa vida cultural en algunas provincias del país, y comentó la necesidad de fortalecer e incrementar los espacios de debate en las sedes de la organización que preside, muchos de los cuales han desaparecido. Convocó a todos a promover esos encuentros “para que la UNEAC sea lo que tiene que ser: un laboratorio, un centro de permanente debate”.

La necesidad de informar a los asociados fue otro de los puntos tratados por Barnet, “pero también es importante que ellos busquen información”. Comentó la necesidad de rescatar canales de comunicación como el boletín La Paloma de Vuelo Popular, o de fomentar nuevos en su lugar, así como la posibilidad de consultar la página web de la organización “diariamente con nuevas informaciones”. 

Especial énfasis puso a la conmemoración en agosto de 2011 del 50 aniversario de la fundación de la UNEAC. De cuyas celebraciones adelantó detalles, concebidos aún como esbozos de los festejos: “lo primero que tenemos que hacer es un hermoso homenaje a los 113 miembros fundadores vivos”. El lugar debe ser el Gran Teatro de La Habana, pues el evento ocupará toda una noche de lujos. 

El escritor y ensayista Reinaldo González leyó luego el informe de la Proyección Internacional de la Cultura Cubana, en el que refirió el valor de la membresía de la UNEAC para la organización donde quiera que esos creadores y creadoras estén, debido a que “el prestigio de nuestra organización nace del prestigio de sus miembros y en estos cincuenta años la Unión ha visto con orgullo sus éxitos y realizaciones personales y profesionales, dentro y fuera del país”.

Entre las insatisfacciones de esa Comisión de trabajo permanente señaló la escasa muestra de las obras de los artistas cubanos en el exterior, y la importancia de que algunos proyectos existentes cedan espacio a otros de similar valía.

Presentó un grupo de premios internacionales instaurados en diversas manifestaciones artísticas con el objetivo de valorizar a la UNEAC fuera de las fronteras. La lista propició que los miembros de Consejo propusieran nuevos premios internacionales como homenaje al nombre de otras figuras cubanas, propuestas que serán analizadas por el Secretariado de la organización al decir de su presidente Miguel Barnet.

Breve relatoría de un debate

Abierto el debate por César Portillo de la Luz, le siguió el criterio de Belkis Vega sobre la posibilidad de la organización de aprovechar mucho más el deseo de trabajar de los agregados culturales de las embajadas cubanas en el exterior. Criticó la posición de las leyes aduanales que complejizan la entrada y salida de implementos de trabajo o dinero para adquirirlos por parte de los artistas cubanos. Propuso además que se pensara en la posibilidad y necesidad de permitir la creación-dentro del sistema de actividades por cuenta propia-de Talleres de creación, donde se hiciera un trabajo cooperativo, por lo menos en la producción audiovisual.

El escritor Senel Paz defendió con fuerza la necesidad de que las limitaciones de las leyes de la Aduana se disuelvan a favor de todos. “No creo que nos deban resolver el problema de nuestro sector-aseveró - y que se mantenga lo estipulado para el resto de los ciudadanos. Porque un día nos pasaría la cuenta un egoísmo como ese”. Su preocupación trascendió las salidas y entradas de personal directas al país para comentar su preocupación sobre cómo debe evitarse que las relaciones políticas tensas entre dos países, limiten también las culturales.

El nombramiento de un representante de la organización ante la Aduana había sido una medida adelantada a la reunión del Consejo, pero que aún tendrá que ver correr el tiempo para dar sus primeros frutos.

La necesidad de que el pensamiento intelectual cubano llegue a la arena internacional a través de ejercicios concretos y no solo de las obras artísticas fue planteada por primera vez en este Consejo Nacional de la UNEAC por el periodista y crítico Rolando Pérez Betancourt. La idea la retomarían luego otros invitados a la reunión.

La viceministra de Relaciones Exteriores, Ana Teresita González comentó, como respuesta a muchas de las preocupaciones, la disposición de su organismo de “cooperar con la UNEAC, con el Ministerio de Cultura, la voluntad de que nuestras embajadas más que nuestros agregados culturales- porque no los tenemos en todas las embajadas-, empleen el talento de nuestros músicos y de nuestros artistas para comunicarse”.

Heriberto Feraudy se lamentó de que existan aún zonas de silencio en cuanto al tema de los afrodescendientes cubanos, a pesar de todo el trabajo realizado por la Comisión Contra la Discriminación Racial. Acotó la necesidad de que existan más acciones a favor de esa composición social, para evitar tergiversaciones mediáticas, y favorecer un trabajo intenso a favor de la declaración del 2011 como Año de los pueblos afrodescendientes. 

Barnet respondió a su petición alegando que la UNEAC hizo en 2010 numerosas actividades para tratar el tema, “como nunca se ha trabajado contra la discriminación hacia dentro y hacia afuera de nuestra organización”.

Mientras que Reinaldo González propuso “que en cada una de nuestras publicaciones salga en cada número un texto sobre ese tema. Porque hay gente que está machacando mucho, pero no trabaja. Pero podemos hacer, pedir que las revistas nuestras tengas como constante siempre ese tema. Yo lo hago en La Siempreviva, que es la que tengo en la mano, y ya lancé la convocatoria para este año”.

El debate sobre la Proyección Internacional de la Cultura cubana continuó trascendiéndose a sí mismo. Y cuando Víctor Fowler pidió la palabra, retomó ideas de Rolando Pérez Betancourt, con visión propia. Fowler demandó que se propiciara mayor presencia de la UNEAC en los medios de comunicación, “principalmente la televisión, a la que accede masa de la población y no el público de los medios de la UNEAC”. Para el intelectual es inminente emitir discursos, conceptos, que permitan llegar “a la población cubana global, con su versión actualizada de los problemas vinculados a la cultura y a otros temas”. 

Ante cada intervención el imperativo parecía ser la necesidad de compartir la cultura de Cuba con el mundo también, pero sobre todo llegar a la cultura que sobre y hacia Cuba hace el mundo.

Fowler pidió la “creación de canales dialógicos, y al menos, de manera potencial, el establecimiento de alianzas culturales. En el fondo de todo abogo además por prestar atención a lo que corresponde a las tareas de pensamiento, porque los escenarios internacionales son muy complejos, y la función de los medios de comunicación masiva siempre la vamos a tener en nuestra contra”.

Sobre la importancia del pensamiento como acción volvió Desiderio Navarro. El investigador llamó la atención sobre ciertas mediaciones que se producen entre las creaciones artísticas cubanas de cualquier índole y el público foráneo que las consume: “podemos llevar todo tipo de obras que queramos, pero al mismo tiempo que esas obras existen en un contacto directo, en otros países se produce un discurso sobre ellas, que puede ser desde periodístico hasta el académico, y ese discurso es el que las completa. Muchas de nuestras carencias en los estudios cubanos están siendo ocupados por una gran cantidad e investigadores en muchos países”.

La necesidad de que la UNEAC participe en el diálogo con esos investigadores, de que se acerque al abanico que abarcan desde investigadores sociales de izquierda, hasta los apolíticos que escriben sobre Cuba, permitirá según Desiderio, que se conformen una visión real.

En una discusión sobre la imagen del país hacia el exterior, que fue fluyendo a través de distintos planteamientos Desiderio acotó “la única manera en que aparece el ciudadano cubano, junto a la magnífica arquitectura, es como lascivos bailadores de salsa. Propongo que Cuba no haga más negocio con las campañas que nos presenten como un país de putas y putos”. 

El aplauso de apoyo a su propuesta cerró un capítulo de la discusión para abrir el relacionado con las preocupaciones planteadas al Consejo Nacional de la UNEAC sobre la demolición próxima del Hotel Internacional de Varadero, edificio con valores patrimoniales e históricos.

Margarita Ruiz, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, fue la responsable de leer el informe derivado de las respuestas de los organismos implicados en los estudios sobre la demolición del inmueble a las preocupaciones que la Comisión de trabajo Cultura, Ciudad y Arquitectura expresó durante el pasado Consejo Nacional.

El riesgo para la línea de costa, que significa el hecho de que el edificio y sus cabañas hayan sido construidos hace casi un siglo sobre la duna de arena, y el deplorable estado constructivo de una edificación cuya reparación solo será rentable después de 16 años de explotación, no convenció a todos los que luchan desde hace meses por la conservación de esa institución patrimonial. 

Mas las palabras de Eusebio Leal, historiador de La Habana, convidaron a “declinar esa lucha”, a tener confianza en los proyectos emprendidos, a reconocer la labor desempeñada en la conservación de otros espacios igualmente o más valiosos como el casco histórico de la capital cubana. Su intervención arrancó lágrimas, evocó pasiones, legados de dignidad y compromiso como los de Pastorita y cerró otro capítulo de la jornada matutina del Consejo Nacional de la UNEAC, si no como convencimiento al menos como lección de esperanza.

Desde el comienzo de la sesión la composición de la presidencia delató el interés integrador y dialógico que caracteriza al trabajo de la UNEAC y que efectivamente encontró caldo de cultivo en la reunión: Esteban Lazo, miembro del Buró Político intervino en la reunión para elogiarla, así como a los procesos de discusión del Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social. Completaron el estrado Abel Prieto, ministro de Cultura y Ricardo Alarcón de Quesada, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, ambos miembros del Buró Político; también la Doctora Graziella Pogolotti, el vicepresidente primero de la UNEAC José Villa y el escritor y ensayista Reinaldo González, al frente de la Comisión Proyección Internacional de la Cultura Cubana. También Tubal Páez y Luis Morlote, presidentes de la Unión de Periodistas de Cuba y de la Asociación Hermanos Saíz, respectivamente, junto a representantes del Sindicato de la Cultura, y de otras instancias ministeriales. (Tomado del sitio digital de la UNEAC). 

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Contigo en la distancia", en el cine mexicano

EL SUEÑO GUAJIRO DE AGUSTÍN LARA