CUBA: desde Walker Evans hasta ahora


Con su nueva exposición, Un proyecto revolucionario (A revolutionary project) : Cuba desde Walker Evans hasta ahora, el museo J. Paul Getty de Los Ángeles presenta tres momentos distintos de la historia de Cuba.
Incluye las imágenes de Walter Evans, el renombrado fotógrafo de principios del siglo XX, de fotógrafos cubanos de la Revolución, y tres fotógrafos contemporáneos.
La curadora de la muestra, Judith Keller, curadora principal del departamento de fotografía en el museo, habló con Noticias de Arte Cubano sobre la exposición, sus fotógrafos, y lo que ella llama "documental lírico".
Cuéntanos cómo surgió la exposición.
El impulso fue la colección de Walker Evans, y el hecho de tener la mayor colección de fotografías de este autor (Walker Evans) en el mundo. La cantidad de fotos que poseemos, que se encuentran en el libro publicado en 2001, exceden en gran medida a aquellas imágenes de Cuba hechas por Evans en 1933. En particular, tenemos un extenso número de fotos hechas por Evans en la década de 1930.

Los planes para la exposición más grande, con más fotografías de otras partes de la historia de Cuba, surgieron a partir de esa primera propuesta. Así que lo que realmente nos impulsó fue lo que estaba en nuestra colección, las fotografías de Evans desde 1933. Eso es típico de las exposiciones que el departamento de fotografía hace aquí. A menudo son seleccionadas íntegramente de nuestras propias colecciones. Para esta exposición, alrededor de dos tercios proceden de nuestra colección.

La muestra consta de tres secciones: las fotografías de Cuba hechas por Walker Evans en 1933, los primeros años de la Revolución como se muestra por los fotógrafos cubanos de esa época, y la Cuba contemporánea desde la perspectiva de tres jóvenes fotógrafos extranjeros.
¿Cuál es el hilo temático que los une a todos?

Los tres fotógrafos contemporáneos que componen la última sección conocen muy bien el trabajo de Walker Evans, y en particular las imágenes de la Habana. Uno de ellos, Alex Harris, era un discípulo de Evans en la Universidad de Yale. De manera que Evans es una influencia importante en cada una de esas tres personas. Alexey Titarenko es un fotógrafo ruso que ha sido incluido—cuyos trabajos realizados en Cuba están muy centrados en los mismos temas que Evans abordó: la arquitectura colonial de La Habana y el pueblo en las calles de La Habana, como lucen las tiendas, y cómo la gente pasa su tiempo libre.

Tanto Alex Harris como Virginia Beahan [la otra artista contemporánea] son fotógrafos documentales en la tradición de Evans, quienes utilizan las cámaras sobre trípodes grandes y están muy interesados en una forma directa, sin manipulación de la práctica documental. En la actualidad Harris y Beahan están trabajando con el formato de color de gran tamaño, que se ha vuelto más popular entre los artistas fotográficos. Así que sus trabajos abordan tanto la composición y la paleta, como el tema. No son periodísticos, sino personales, ni tampoco están haciendo trabajos para un periódico o una revista. Se le podría llamar algo así como “documental lírico”. Evans tenía su propio plazo para lo que hizo, que fue un documental trascendente. Así que los tres fotógrafos contemporáneos tomaron de Evans las normas y el estilo que él creó en la década de 1930.

Los fotógrafos cubanos en la segunda sección de la muestra, quienes trabajaron en la época de la Revolución, adoptan más el estilo de los fotógrafos de la revista Life. También Evans trabajó para la revista Fortune durante muchos años, por lo que estuvo ligado definitivamente a una revista y realizaba trabajos por encargo sobre temas específicos.

Fotógrafos como Osvaldo Salas y Alberto Korda trabajaron para la Revolución. Ellos fueron contratados para proporcionar imágenes para el periódico Revolución, creado por el movimiento revolucionario, el cual quería que dicho periódico estuviera muy ilustrado. Querían que las fotografías colocaran el mensaje al alcance del pueblo. Esto resultó ser una herramienta muy eficaz para la Revolución.

Esto fue influido por los primeros periódicos norteamericanos y de reporteros gráficos como Margaret Bourke-White y W. Eugene Smith, quienes trabajaron para las revistas de los Estados Unidos en la década de 1930 y 40, después de que Life, Look y Fortune comenzaron.

¿Y las diferencias entre estos fotógrafos? ¿Cómo caracterizaría usted eso?

Por un lado, existen diferencias en el tipo de impresiones que han hecho. Evans estaba haciendo copias de menor tamaño, que era lo que la mayoría de los fotógrafos hacían en la década de 1930—la mayoría de estas impresiones son menores de 8x10. Él mismo hizo las impresiones. Como verán las personas que visiten la exposición, las impresiones son bastante oscuras. Esa fue la forma de impresión que él prefirió en ese momento, que le otorga una especie de estado de ánimo triste o siniestro a las imágenes.

Evans trabajó en Cuba con una pequeña Leica de 35mm, y con una cámara sobre un trípode. Este fue su primer encargo, probó diferentes cámaras y técnicas, mientras estuvo allí. Estas fueron todas las impresiones que se encontraron en su poder, en su colección, por eso ahora están en el museo. Él se había aferrado a ellas como un archivo personal. Proporcionó un pequeño número de copias a los editores del libro El crimen de Cuba (1933). Pero hizo muchas más fotos en Cuba.

Los fotógrafos cubanos que trabajaron durante la Revolución, o para los periódicos que surgieron después, utilizaron cámaras de 35mm para poder fotografiar la acción, si se trataba de una conferencia de prensa o el recorrido de Fidel Castro a través de la Sierra Maestra. Estaban en el lugar, y querían fotografiar lo que estaba ocurriendo. Las impresiones fueron hechas a menudo en un laboratorio en el periódico, y eran producidas en serie, realizadas en gran número. Eran usadas como noticias y propagandas. Muchas de ellos terminaban en los edificios públicos. Por ejemplo, el retrato oficial del Che que tenemos en la muestra fue distribuido por todas partes.

Y luego, con las obras contemporáneas, como ya he mencionado, dos de los fotógrafos trabajan ahora en este formato de color de gran tamaño, así que sus impresiones son hechas por un laboratorio que se especializa en hacer excelentes impresiones en colores. A pesar de que también utilizan las cámaras montadas en un trípode, como Evans. Alexey Titarenko, que también utiliza una cámara grande, hace sus propias impresiones en blanco y negro y tienen los tonos muy bien definidos para crear una atmósfera muy especial. Es bastante raro que un fotógrafo de hoy en día haga eso, pero esa es una de las cosas que hace su trabajo excepcional.

Cada una de estas diferentes personas o grupos refleja lo que fue en gran medida la práctica o tendencia fotográfica de ese momento, en su propia época o era. Yo diría que los fotógrafos de la era de la revolución de alguna manera se pusieron al día en cuanto al fotoperiodismo, ya que no habían tenido el apoyo, los recursos, y el respaldo para tener las cámaras, para viajar, tener a alguien que imprimiera sus trabajos, tener periódicos que realmente quisieran hacer trabajos relacionados al fotoperiodismo en Cuba. Esto fue realmente algo nuevo allí.

Esta es la segunda muestra fotográfica significativa en Cuba que Cuban Art News (Noticias sobre Arte Cubano) ha cubierto en los últimos seis meses más o menos—la otra es Cuba en Revolución en el Centro Internacional de Fotografía (ICP). ¿Diría usted que Cuba está entrando en el radar de la comunidad fotográfica en estos días?
Esa es una buena pregunta. La muestra ICP presentó a muchos de los fotógrafos que tendremos en nuestra exposición. Esta muestra abordó la década de 1950 y 60 en Cuba. Por lo tanto, representaba un tipo particular de fotografía cubana, la mayor parte de ésta relacionada con el fotoperiodismo. Y creo que sí, en cuanto a ese tipo de fotógrafo y esa época en Cuba, que entre exposiciones y algunas publicaciones recientes de fotógrafos cubanos individuales, o selecciones de sus imágenes del Che o Fidel realizadas por ellos durante sus vidas, se ha metido en la corriente principal y más. Sí.

Teniendo en cuenta los fotógrafos cubanos que trabajan allí—y sé que hay muchos de ellos, y algunos muy buenos—no creo que eso se de mucho a conocer. Ciertamente, no tanto como debería.

¿Alguna fotografía cubana contemporánea, en particular, que haya llamado su atención?

No es sorprendente que haya tan pocas muestras de fotógrafos cubanos presentadas en Nueva York o en las galerías de Los Ángeles. Creo que es difícil para ellos darse a conocer a menos que los galeristas vayan a Cuba, y muy pocos de ellos lo hacen. No se informa mucho sobre ellos. Aunque en Cuba la gente está mostrando su trabajo, y usted los encuentra frecuentemente en Internet.

¿Alguna idea final?

Bueno, la muestra está diseñada para representar la obra de fotógrafos en tres periodos importantes en la historia de Cuba. Pero creo que mientras tanto, le estamos dando a conocer a las personas tres puntos de vista muy diferentes acerca de Cuba, y La Habana, en particular. Así mostramos cómo los extranjeros, especialmente norteamericanos, han visto el país, así como los propios cubanos. Por tanto esta muestra trata sobre los fotógrafos importantes de Cuba y los EE.UU., y también intenta recordar a la gente la historia de Cuba durante el siglo XX.

Un proyecto revolucionario: Cuba desde Walker Evans hasta ahora, estará en exhibición en el Museo J. Paul Getty de Los Ángeles hasta el 2 de octubre. La foto que ilustra este trabajo es de Walter Evans, tomada en 1933 con el título de Woman on the Street, Havana, 1933.© Walker Evans Archive, The Metropolitan Museum of Art. Courtesy J. Paul Getty Museum, Los Angeles
(Tomado de Cuban Art News)

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