COSAS Y CASOS


EL AGUILA NEGRA: UN FAMOSO ESTAFADOR CUBANO

En febrero de 1937, un señor de muy buen porte, acompañado de los no menos elegantes secretario, mayordomo y chofer, con una gran cantidad de maletas y sombreros, se hospedaba en el lujoso Hotel Nacional y se registraba como José Maria Ramírez Álvarez, comerciante mexicano.

Pero en realidad, el aparente acaudalado hombre de negocios, no era más que el famoso estafador cubano José Roque Ramírez, conocido internacionalmente como El Águila Negra.
 
Nacido en 1888 en Las Vegas de Bijaru, Holguín, sufre su primera prisión en la cárcel de Santiago de Cuba, donde conoce al Murciélago, otro recluso que seria su maestro en el arte de las cartas y la estafa.

Luego de varias fechorías en Cuba, el Águila Negra viaja por Norte y Sur América, Europa y hasta China, y deja su huella gansteril por millones de dólares.

De nuevo en su patria, el huésped del Hotel Nacional da magnificas propinas y de codea con lo mejor de la sociedad, trata de fundar una sociedad anónima con la finalidad de establecer corridas de toros y se agencia un terreno cerca de Infanta y San Lázaro, pero la picada no resulta, luego involucra a varios magnates en la fraudulenta construcción de un hipódromo, lo que tampoco resulto positivo.

Se desconoce como el Águila Negra , en su aparente personalidad de comerciante mexicano, logro establecer amistad con el temido coronel José Eleuterio Pedraza y Cabrera, jefe de la Policía Nacional, a quien trataría de convertir en su próxima victima.

¿Que sucedió entre ambos picaros’? De eso les hablo ahora.

ENTRE PICAROS ANDA EL JUEGO

Ya escribí arriba sobre José Roque Ramírez, el guajirito holguinero de Las Vegas de Bijaru, que aprendió a leer y a escribir con su madre, y se convirtió en el famoso estafador conocido internacionalmente como El Águila Negra, quien dejo su huella millonaria en varios continentes.

Llegado a La Habana en 1937, después del zarpazo al terrateniente M. Berard, en Haití, se instala en el Hotel Nacional como el mexicano José Maria Ramírez Álvarez, y logra trabar amistad con el temido jefe policial coronel José Eleuterio Pedraza y Cabrera, a quien comienza a estudiar psicológicamente, para hacerlo su próxima victima.

Entre trago y trago en los mejores lugares de la capital, el pícaro estafador convence al astuto coronel para que se asocie a la construcción de un hipódromo que dejaría una ganancia de un millón de pesos al año.

Pedraza queda sombrado, pero dice no poseer esa cantidad de dinero, Roque le manifiesta su interés en tenerlo como socio, dada su posición en el gobierno, y le da un plazo de veinte días, para que consiga 50,000 pesos y asociarlo de todos modos, a lo que el avispado jefe policial accede gustoso.

Pedraza cita a Roque a la jefatura policial para informarle que al siguiente día tendrá los 50,000 pesos acordados, pero a la salida del estafador del recientemente inaugurado castillo de Cuba y Chacón para tomar su lujoso auto, se cruza con dos agentes de la Policía Judicial, y uno de ellos lo reconoce como el Águila Negra.

Informado el jefe de la Policía Nacional de quien era verdaderamente su presunto socio, después de un justificado ataque de cólera, manda a detener al supuesto mexicano al Hotel Nacional, de donde con el asombro de todos los presentes fue esposado e introducido en un carro policial, mientras sus cómplices huían por las escaleras.

José Roque Ramírez, el Águila Negra, fue condenado dos años de prisión en el Castillo del Príncipe, e indultado a los nueve meses.

Ya en Cuba no podía permanecer con un enemigo tan temible como el coronel Pedraza, y de inmediato partió para el extranjero para continuar su vida al margen de la ley. (
 

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