Saúl Yelín: el encanto de hacer eterno un abrazo



La galería del lobby de la Cinemateca de Cuba acoge una especial muestra fotográfica, “Un abrazo bajo las estrellas a Saúl Yelín”, quien fuera un hombre digno de suprema admiración y cariño. Para muchos el amigo jovial, el guía imprescindible.
Roberto Fernández Retamar declamó las palabras inaugurales, en compañía de Alfredo Guevara, y tantos amigos que con sincera emoción y lágrimas en los ojos, evocaron la feliz presencia de un grande del cine cubano, el verdadero reparador de sueños.
Saúl fue fundador del Departamento de Relaciones Internacionales del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), un genial estratega publicitario, eficaz diplomático, revolucionario de corazón y cubano de su tiempo. Las palabras para describirle no alcanzan, lo sabrán bien quienes tuvieron la inmensa dicha de conocerle.
Bastaría una anécdota que rememorara Raquel Revuelta acerca de Saúl, en una entrevista que concediera la primera Lucía, donde cuenta que, en la presentación de este emblemático filme en el Festival Internacional de Cine de Moscú, URSS, 1968, temía que nadie asistiera:
(…) Recuerdo en ese festival en Moscú, a Saúl Yelín, que era un hombre increíble. Imagínate que la proyección de la película la pusieron para las 3:00 de la tarde, en medio de ese festival gigantesco. Entonces le digo a Saúl: Saúl, sin propaganda y a las 3:00 de la tarde, a esta película no va entrar nadie a verla. Y me responde como si nada: Tú verás, no te preocupes. Y yo me dije: Qué irá a hacer?. Por la mañana cuando me levanto, en todas las mesas del hotel, en las paredes, en el elevador había pegado un programa de Lucía, un afiche, un programa, ta, ta, ta, pegados en todas partes. Y la gente del hotel queriendo matar a Saúl, porque imagínate que eso cuesta mucho dinero y él lo pegó, se puso en combinación con la que limpiaba los pisos, con otros empleados y lo puso por todas partes. Y se llenó el teatro. Y cuando se acabó la película aquello fue tremendo, un aplauso cerrado. Yo no lo podía creer (…)
“Lucía” se llevó el 1er. Premio Medalla de Oro. No queda un cineasta cubano que no le reverencie. La labor que impulsó el arte del cartel de cine en Cuba lleva su nombre. Como declarara Manuel Herrera:
Fue un pivote central en las azarosas luchas del momento, un indiscutible impulsor del movimiento cubano de afiches, de la labor de la Cinemateca de Cuba en sus primeros tiempos, del Grupo de Experimentación Sonora, de la creación del Centro de Información y muchas otras actividades pero, sobre todo, del incesante ganar amigos para Cuba.
Al estar de paso por el cine Chaplin, incluso antes de sacudirse el polvo del camino, los pasos al atravesar el portón de cristal se deben enfilar hacia la derecha, para saludar con la mirada a Saúl Yelín, y si se mira bien, serán testigos del guiño.(Adiley Cilleros Sánchez. CUBARTE)

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