Periodista olvidado, ahora rescatado
«Se infiltran en la cuadra efluvios de novedad. Las viejas empolvadas se hablan de ventana a ventana. Y de balcón a balcón. Se conoce que la vejez ya no tiene remedio cuando la mujer confía más en el polvo que en el colorete». Con ese humor mordaz, el periodista cubano Eladio Secades, fallecido en 1976 en Caracas, retrató a sus compatriotas en un centenar de crónicas hace 60 años, pero fue un observador tan agudo, que muchas parecen escritas en La Habana actual. Publicadas en periódicos y revistas de los años 40 y 50 del siglo pasado, Secades las llamó Estampas de la época y las hacía a medida que hurgaba en la psicología de los cubanos, sus formas de encarar las cosas y reaccionar, sus tradiciones, su rutina, un modo de narrar la vida que se ha llamado costumbrismo. Aunque era un comentarista deportivo de calidad suprema, Secades se hizo grande con las crónicas sociales que aparecían sobre todo en Bohemia, la mejor y más leída revista de entonces, y en las cuales se miraban mi