"La novia de Akira" en La Habana



El documental “La novia de Akira”, de la realizadora Marian García Alán, basado en la película japonesa "La Novia de Cuba" y financiado por la Fundación Japón, se proyectó en el 33 Festival Internacional de La Habana dentro de la Sección “Hecho en Cuba”. De 56 minutos de duración y realizado en el año 2011, recoge entrevistas a los participantes cubanos del único proyecto fílmico conjunto entre Cuba y Japón, “La Novia de Cuba”, realizado en 1968 por el director Kazuo Kuroki
En el documental también aparecen una serie de personalidades del cine cubano, como Nelson Rodríguez, Manuel Pérez, Tomás Piard y Luciano Castillo, que aportan su valioso testimonio sobre la época en que fue filmada la película, su trascendencia e importancia.
“La novia de Akira” tuvo su premier en el marco de la Jornada de la Cultura Japonesa en Cuba, celebrada en los primeros días de noviembre, con favorable aceptación de público. El distinguido académico e historiador del cine japonés Inuhiko Yomota, lo calificó como “sumamente precursor y valioso en la historia del cine de ambos países”.
El documental es una producción del Grupo de Creación Audiovisual Impulso, con el apoyo de la Asociación Cubana del Audiovisual y la Fundación Japón.
DEVELANDO SUS CLAVES
El documental cubano “La novia de Akira”, es una propuesta audiovisual que tiene como principal valor el acercamiento o redescubrimiento de la cinta “La novia de Cuba”, única colaboración entre el cine japonés y el cubano en toda su historia.
Dirigida por la joven cineasta Marian García Alan, el documental cubano es una producción del Grupo de Creación Audiovisual Impulso, con el apoyo del Movimiento Nacional de Video y de la Fundación Japón.
“La novia de Cuba” fue coproducida por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) en 1968.
Trabajaron en esa cinta, siete japoneses y otros tantos cubanos, bajo la dirección de Kazuo Kuroki, los cuales se bastaron para filmar una «road movie» a lo largo de todo el país antillano, con un mínimo de recursos.
De ahí que García Alan utilice en su filme testimonios, documentos y reflexiones sobre la realización de aquella cinta, con presencia en pantalla de los principales participantes cubanos.
Es por esta razón que la nómina de los entrevistados se enriquece con la presencia de Nelson Rodríguez, editor y Premio Nacional de Cine; Manuel Pérez, realizador y fundador del ICAIC; el director Tomás Piard; el crítico e historiador Luciano Castillo y quien fue vicepresidente del ICAIC en el momento de la filmación, Raúl Taladrid.
Algunas particularidades de la realización de este documental, que revelará detalles de una película prácticamente desconocida por los cinéfilos cubanos, fueron develadas por su directora para Cubanow.
1- ¿Cuando surgió la idea para el proyecto, qué te motivó y cómo fue el proceso de desarrollo?

Todo comenzó un año atrás, a partir de una conversación con el profesor y especialista de cine Mario Piedra, quien en el 2006 había tenido por primera vez referencia de la película “La novia de Cuba”, al fallecer su director Kazuo Kuroki. En aquel entonces él comprobó que era una especie de película desconocida en Cuba, pues parecía no estar registrada dentro de la producción del ICAIC y ninguno de los especialistas de Cine Cubano que conocía, tenía referencia alguna de la película. Mario Piedra me comentó la posibilidad de investigar juntos acerca del tema para escribir un artículo y me pareció muy interesante, pues como ambos somos amantes de la cultura japonesa teníamos mucha curiosidad de ver el resultado de la mirada de un japonés en esa época en Cuba. Y así empezó todo, más por curiosidad histórica que nada.
En el ICAIC no había prácticamente ningún dato de la película, básicamente los nombres del productor cubano y de la actriz, aunque sí se conservaban en la Cinemateca algunas referencias a la exhibición en el 67 de la primera película de Kuroki, “El silencio sin alas”. De todas formas logramos localizar al productor Orlando de la Huerta y a partir de ahí comenzamos a reconstruir la historia. Aunque no empecé con la idea de hacer un documental, a medida que avanzaba la investigación descubrimos detalles interesantes, especialmente al encontrar a la actriz, que no era profesional y nunca más trabajó en nada de cine.

2-Estamos hablando de la década de los sesenta…. y la única colaboración entre el cine japonés y el cubano en toda su historia. ¿La idea fue mostrar este punto de encuentro entre el cine de las dos naciones, cuál crees que sea el principal aporte de esta obra?

En esta primera década del ICAIC hubo muchas colaboraciones con cineastas de todo el mundo de las que prácticamente solo tienen conocimiento especialistas de cine. Las más conocidas son las coproducciones que se realizaron en los primeros años, sobre todo “Soy Cuba”, de Mijail Kalatosov, pero en general son producciones que en su momento no tuvieron mucho éxito de público en la isla y excepto la coproducción con la URSS, ninguna trascendió lo suficiente como para ser conocidas luego de 40 años. Para mi generación estas producciones son prácticamente desconocidas, y solo forman parte de libros y resúmenes históricos de cine cubano. ¿Qué tiene de especial “La novia de Cuba” en comparación con las otras? ¿Cuál podría ser su aporte a nuestro cine o como punto de encuentro entre las dos naciones? Parte de estas preguntas se responden dentro del documental, pues entrevisté no solamente a las personas implicadas en la producción, sino que busqué otros criterios que enriquecieran la visión interna y personal que tenían los implicados. Supongo que las valoraciones críticas acerca de la película las darán otros en su momento, y creo que serán además muy divididas. La película provoca reacciones muy diversas, desde un total rechazo hasta una cierta nostalgia. Para mí es muy interesante esta producción, pues ofrece la visión de un cineasta japonés en un momento muy especial de nuestra historia, y además la propia película parece ser uno de los primeros referentes directos que tuvieron los japoneses de Cuba y de la Revolución en un momento en el que no había internet o TV satelital.

3 -¿Qué detalles reveladores descubriste acerca de esta película en el proceso de realización de tu documental?

Más que revelaciones, creo que la película está llena de pequeñas curiosidades. Especialmente para los más jóvenes, no solo la película, sino también el contexto en el que se realiza, está llena de detalles que la insertan dentro de nuestra historia cinematográfica y la manera en que se relacionó a una cultura muy diferente a la nuestra. Japón es un país que aunque para nosotros es muy lejano, su cine ha estado presente en Cuba en algunos momentos con mucha fuerza. Por ejemplo, a mí me resultó muy peculiar ir descubriendo el impacto que tuvieron en su momento las películas de Sato Ichi, que se comenzaron a exhibir en Cuba aproximadamente en la misma época en que se realizó “La novia de Cuba”, y que formaron parte de la programación de los cines durante muchos años con un gran éxito de público.

Otro detalle interesante que salió a relucir durante la investigación es que la canción “Iré a Santiago”, pieza emblemática del repertorio de música coral cubana fue hecha expresamente para esta película por el compositor cubano Roberto Valera y cantada (y doblada en la película) por Digna Guerra, directora del Coro nacional de Cuba, en la que debe ser una de las pocas, sino la única grabación de Digna como solista.

4-¿Cuáles fueron los mayores retos asumidos durante esta realización?
He vivido con mucha naturalidad toda la investigación, que es algo que me apasiona y tengo mucho más cercano a partir del periodismo. Ahora estamos en proceso de postproducción y supongo que es uno de los momentos más complicados, al menos en mi caso. Solo espero poder trasmitir las cosas que he encontrado y contar esta historia sin que resulte aburrido.

5-¿Qué destacaría fundamentalmente del documental?

En la historia hay muchas contradicciones y opiniones diversas que se acentúan porque es algo que ocurrió 43 años atrás. Todo es enfocado desde múltiples puntos de vista, incluso la misma valoración de la película. Es algo que me interesa especialmente, mostrar diferentes opiniones de un mismo fenómeno.

6-¿Esta es tu primera obra audiovisual, que nos puedes decir de esta experiencia como joven realizadora y si tienes el propósito de adentrarte más adelante en otros proyectos?

He tenido el apoyo de personas con mucha más experiencia que yo en los diferentes momentos de la producción y eso siempre es muy favorable, pero también es un reto mantener el equilibrio al trabajar en equipo cuando eres tú el de menos experiencia. Creo que hay que nutrirse y guiarse por la experiencia de otros sin perder de vista tus objetivos y el estilo que quieres seguir. Tal vez eso haya sido lo más difícil. ( Mildrey Ponce escrito en Cubanow)

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